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Saturday, April 29, 2006

Los Piojos actuaron en el Luna Park sin publicidad y sin banderas pero con mucho rock

Buenos Aires, 27 de abril (Reporter, por Laura Lunardelli). Con un show que
incluyó una treintena de canciones y ocho mil fans que agotaron la primera
de las tres funciones programadas para el estadio Luna Park, Los Piojos
demostraron que se puede montar un espectáculo de rock sin hacer uso de la
hasta ahora imprescindible parafernalia mediática y publicitaria.

"Está bueno esto de tocar sin publicar nada, con el boca a boca", adujo el
líder de Los Piojos, Andrés Ciro Martínez, en una de sus primeras
alocuciones de la velada y para dejar en claro la elección del grupo de una
modalidad de trabajo independiente en el real sentido de la palabra.

El concierto -el primero de la seguidilla del 26, 27 y 29 de abril con
tickets "sold-out"-, se había iniciado casi media hora después de lo
previsto, rondando las 21.30, con las canciones "Te diría", "Desde lejos no
se ve" -en la que Andrés Ciro cambió guitarra por maracas-, "Fantasma" y
"Chac tu chac". Y hay que destacar que, producto de las reglamentaciones
post-Cromagnon, no se desplegaron en el predio de Corrientes y Bouchard las
típicas banderas alusivas a la banda.

"Buenas noches, ¿cómo están? Tanto tiempo...", saludó Martínez. "Teníamos
ganas de verlos en un lugar así, techado, más chiquito, para sentir más el
calor de ustedes", añadió el vocalista.

"El blues del traje gris", "Ay ay ay" -con una intro de palmas del público-,
"Al atardecer", "Luz de marfil", "Fijate" -con el bajista Micki Rodríguez en
la voz-, "Agua", "Buenos días Palomar" -primer inédito de la noche-, "Labios
de seda", "Arco", "A veces", "Quemado" y "Entrando en tu ciudad" fueron las
canciones que siguieron. Y "Como Ali", con Andrés Ciro luciendo su habitual
bata de boxeador, fue la composición elegida para el cierre.

Claro que faltaban los bises en un concierto que se extendería por más de
dos horas y en el que el público, mayoritariamente adolescente, no se cansó
de alentar sobremanera con su cántico "vamo'lo'piojo'vamo'lo'piojo".

Para el final quedaron canciones como "Olvidate (ya ves)", "Motumbo", "Llega
el tren" -inédita, al igual que "Buenos días Palomar" ya escuchada en vivo
pero aún no plasmada en estudio-, "El farolito" y "Babilonia" y una comunión
con fans del rock nacional y popular que, después de Cromagnon, acaso tenga
más que ver con la lírica y la música de las canciones que con la noventista
modalidad futbolera "gorro, bandera y vincha".

Porque, sin banderas y sin bengalas, el espectáculo estuvo arriba del
escenario y no en la hinchada. Para ello hacen su arte los artistas. En este
caso Los Piojos. Y muy bien. (Reporter)

LL

Friday, April 14, 2006

Pasó en el espectáculo: El regreso de los muertos vivos

Buenos Aires, 7 de abril (Reporter, por Laura Lunardelli). Andrés
Calamaro resultó ganador del Gardel de Oro, a pesar de que poco y nada ha
renovado su discografía en los últimos años. Es más, de ser uno de los
rockers argentinos más prolíficos pasó a un período de nula producción. ¿Por
qué, entonces, el reconocimiento?
Se suele decir, y con razón, que los premios son ingratos, injustos y
hasta que no tienen razón de ser. En el caso del Gardel de Oro recibido por
Calamaro habría que analizar si su razón de ser pasa por lo estrictamente
profesional o roza un reconocimiento que hace mella en lo humano...
"El regreso a mi país fue lo más maravilloso que me podría haber pasado",
dijo Andrés, al momento de recibir la estatuilla de parte de la Cámara
Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif).
Si de música argentina se trata, hay que decir que la Patria de Calamaro
lo ha recibido con los brazos abiertos en su reciente vuelta. Es más, al
volver a la Argentina Calamaro no solamente volvió a su tierra sino que
volvió al rock y a la vida.
Atrás no solamente quedó España sino una vida de excesos que lo llevó al
borde de la muerte. No por nada su último disco, con canciones, una vez más,
repetidas, se llama "El regreso".
Entonces, ¿qué premió la industria de la música argentina y la comunidad
rockera local toda con este Gardel? ¿La producción artística de Calamaro o
su vuelta a la vida? De ser esto último, igualmente, bienvenido. Ya vendrán
las canciones. Quizá, entonces, se haga justicia. (Reporter)

LL

Los "inoxidables" Pericos brindaron un show con repertorio elegido por sus fans

Buenos Aires, 10 de abril (Reporter). Con un show de rock y reggae que se
extendió por dos horas y media, Los Pericos ofrecieron en el local porteño
La Trastienda un repertorio en el que no sólo celebraron su comunión con sus
fans -modalidad "a la carta" incluida-, sino entre ellos mismos.
"Olé/olé/olé/olé/olá/ y Los Pericos no se acaban nunca más", corearon
tanto público como banda en un show en el que quedó claro que, tras la
desvinculación de Bahiano y dos décadas de carrera, la banda no sólo sigue
viva sino que con fuerzas renovadas.
Con entradas agotadas y una nueva función programada para el próximo 2 de
junio en el mismo local de Balcarce 460, el espectáculo "7 a la carta", que
se desarrolló en base a la modalidad de que los fans eligieran previamente
el repertorio a través de una votación vía Internet, se vivió en todo
momento en un clima de una festividad equiparable a la de una estudiantina.
Casi media hora después de las diez de la noche se abrió el telón y
aparecieron en escena los músicos, ante unas 700 personas que portaban
globos de colores y entonaban el cántico "para el Bahiano que lo mira por
TV", en alusión al ex vocalista de Los Pericos.
Luces con los colores rastafaris (rojo, amarillo, verde) iluminaron la
escena de un show que arrancó con "Fronteras en América" en medio de una
ovación y con un saludo de Juanchi Baleirón que se repetiría durante la
jornada a modo de arenga: "Gracias muchachos".
"Ojos de ciudad", "Más de mí" (con un "gracias, qué linda noche" de parte
de Juanchi), "Why baby why", una versión hiper rockera de "Planeta de
mentiras" y "Mi resistencia", con las chicas de Actitud María Marta como
invitadas a cargo de un improvisado rap, fueron los temas que siguieron.
Después vino "La pachanga", tema para el cual La Trastienda pareció
convertirse en una disco barilochense por el clima de festividad. Siguieron
"Mucha experiencia" y la promesa de Juanchi "esto sigue y sigue y sigue";
"Eso es real", canción con la que el concierto viró del reaggae al rock; y
"Rab a dab stayle", con "Yendo de la cama al living" de Charly García a modo
de enganchado.
"Mystic Love", "Complicado y aturdido", "Nada que perder" y "Corazón de
bruja" siguieron en el tracklist, para dar paso, luego, a una canción que
Juanchi confesó haber tocado "dos veces en la vida": "Bienvenido a casa".
Los fans la eligieron, y por eso Los Pericos la tocaron.
Sonaron luego "Más cerca del cielo", "Ocho ríos", "Sin cadenas" (otra vez
con Actitud María Marta y el pedido de que a la cuenta de tres todos vivaran
un "aguante" para que se recupere el accidentado bajista Gabriel Ruiz Díaz
de Catupecu Machu), "Días de sol", "Los patos", "Recuérdame", "La mirada",
"Big yuyo", "Runaway", "Waitin", "Mi plan perfecto", "Home sweet home",
"Fácil de engañar", "Pupilas lejanas" y una versión rockera casi punk de
"Casi nunca lo ves".
Para los bises, veinte minutos después de la medianoche, quedaron
"Satélite de vos", "Cerca de mí", "Llegaste al final", "El ritual de la
banana", "No me pares" con "Blitzkrieg Bop" de los Ramones como enganchado y
una frase que marca el presente y el futuro de Los Pericos. "Estaremos
gordos pero inoxidables", dijo Juanchi, a modo de despedida final.
(Reporter)

GL-LL